24 de octubre de 2010

Jóvenes Ocultos, o qué tenía de guay ser un vampiro en los 80

Empezaré diciendo que con esta película, al igual que pasó con Fringe y pasará con el resto de entradas, no voy a ser objetivo. Lo siento, no soy periodista, sino un fan del terror y la ciencia-ficción, y estoy aquí para hablar de las cosas que me gustan y de por qué me gustan. Para mí lo importante es explicar qué despertó mi cariño y por qué sigo atado a ellas.
Dicho esto...

Jóvenes Ocultos es a día de hoy mi obra favorita del séptimo arte. No es la mejor dirigida, ni la que tiene las mejores actuaciones que haya visto. No tiene unos decorados demasiado llamativos, carece de una producción excesiva y su banda sonora no merece un Oscar. Ni siquiera está atada a un género en particular, ya que navega en distintas aguas a medida que avanza la película. Pero en mi caso sí que me aporta lo que todos buscamos cuando nos gusta algo: tiene magia.

Su génesis es bastante curiosa: El proyecto fue ofrecido a Joel Schumacher (director de obras como "Asesinato en 8 mm", "Veronica Guerin" o las polémicas "Batman forever" y "Batman y Robin") durante una comida con Mark Canton, por aquel entonces mandamás de Warner Bros. Este hombre estaba buscando a alguien que realizase un film sobre niños vampiros, siguiendo la moda de películas como "Una pandilla alucinante" y "Los Goonies". Schumacher no quedó muy convencido por el proyecto pero, ante la insistencia de Canton, prometió pensárselo un poco antes de dar un "No" rotundo.
El realizador leyó el guión y siguió viéndolo una idea absurda. Dispuesto a llamar a Canton y darle una negativa, salió a dar un paseo, y entonces se le ocurrió la idea que daría un cambio radical al proyecto: sustituiría a los niños por adolescentes. Sexo, motos y un aire bohemio, todo ello situado en la costa de Santa Cruz, California, era lo que le hacía falta a ese proyecto para hacerlo verdaderamente interesante.
Sin consultar a nadie, Joel Schumacher empezó a preparar un dossier sobre todo lo que él quería si se iba a hacer cargo de la película: gabardinas, motos, playas..., incluso un tíovivo; y, cuando lo tuvo listo, llamó a Canton y Richard Donner, productor del film (y realizador del clásico "La profecía"), y los citó para una reunión urgente para exponerles sus ideas, con las que, visto el resultado, quedaron más que satisfechos.

En cuanto al reparto, el casting fue bastante rápido. El primero en ser seleccionado fue Kiefer Sutherland, hoy actor consagrado pero entonces un joven sin apenas experiencia, que aceptó el papel de David, líder de la banda de vampiros. Para darle la réplica como Michael, el héroe del film, contaron con Jason Patric, sobre todo recordado por sus papeles en los 90 en las películas "Sleepers" y "Speed 2".
Una vez tuvo a sus dos protagonistas, Schumacher siguió la búsqueda con la banda de vampiros, donde optó por fichar a modelos y actores poco relevantes pero con muy buena percha para el estilismo de los personajes que el director tenía en mente.
Para los adultos del film, se contrató a Edward Herrman, un curtido actor de teatro, en el papel de Max; y Dianne West, que acababa de ganar el Oscar por "Hannah y sus hermanas", para el papel de la sufrida madre de Michael.
Sólo faltaban los niños, y aquí fue dónde Donner y y Canton metieron la mano, ya que casi impusieron a Schumacher el darle el papel de Edgar Frog el "cazavampiros" a Corey Feldman, estrella infantil de los 80 gracias a grandes hits como... "Los Goonies". Y finalmente, en el papel de Sam, hermano de Michael, ficharon a Corey Haim.

Además, en el apartado técnico, se contó con el director de fotografía Michael Chapman ("Taxi driver", "Toro salvaje"), el maquillador Greg Cannom (ganador de tres Oscars) y el compositor Thomas Newman ("Cadena perpetua", "Wall-E", "American beauty"), entre otros.

Así pues, comenzó el rodaje, que duraría apenas ocho semanas, sin ningún percance pero siempre con la presión de Canton, que quería controlarlo todo de cerca, temiendo que aquello se saliese de madre y acabasen con un subproducto que tuviese que ir directamente a las estanterías de serie B de los videoclubs.

El primer pase de la película se realizó (cómo no) en un cine de Long Beach, California, con la gran sorpresa de una avalancha de fans a la espera de ver el film, algo que los productores no se explicaban, ya que no se había organizado ninguna campaña de marketing (y por aquel entonces, Internet era sólo un proyecto). Además, su estreno fue todo un éxito, quedándose a la sombra únicamente de la última de James Bond, "Alta tensión", y consiguiendo una recaudación que superaba escandalosamente el dinero que se había invertido.

Y de qué va la película?
Una madre se muda con sus dos hijos a casa del abuelo, en Santa Clara (California), donde desde hace algún tiempo, están ocurriendo desapariciones y asesinatos inexplicables. Mientras tanto, Michael, el protagonista, entra en contacto con una banda de motoristas liderada por David y acaba encaprichado de la chica de la película, entrando en una espiral de sangre, motos y rock'n'roll.

El argumento es bastante simple y predecible, pero es que estamos hablando de una película que viene a ser uno de los máximos exponentes de los 80, y es lo que vendía por aquel entonces.

Pero entonces, dónde radica la belleza de este film? Pues precisamente, en ser tan irremediablemente ochentero. Tenemos playas, motos, adolescentes a menudo más astutos que los adultos, unos looks endiabladamente desfasados hoy en día, pero que quedan tan bien en la cinta... En definitiva, una estética irresistible para todo buen fan de la época dorada de Madonna y Michael, acompañada de unas no espléndidas pero sí correctas actuaciones, dirección y fotografía.

En cuanto a su banda sonora, es rock del bueno, del que ya no se hace, desde las impecables versiones de éxitos como "Don't let the sun go down on me" o "People are strange" hasta el tema principal de la película "Cry little sister", amén de la colaboración de grandes intérpretes como INXS, Echo and the Bunnymen y Lou Gramm, y un score repleto de esos sintetizadores tan típicos de la época.

Además, la película está llena de homenajes que harán las delicias al cinéfilo del cine de terror y al friki en general: cómics, videoclubs, carteles de cine casi a cada plano...

Sería imposible encasillar la cinta en un género en particular, ya que aquí encontraremos cine fántastico pero que también bebe de la comedia, la acción e incluso juguetea en algún momento con el erotismo.
Una cosa sí que está clara: estamos ante la primera película de vampiros adolescentes.

Por último, destacar que a día de hoy la película cuenta con dos secuelas lanzadas directamente en DVD (la primera de ellas, "The tribe", rescató del olvido a Corey Feldman y generó las mejores ventas del 2008; la segunda, "The thirst", acaba de ser estrenada), así como un cómic que sirve de puente entre la primera y la segunda parte.

En definitiva, "Jóvenes Ocultos" es una pequeña obra maestra para los fans del cine de los 80, pero también para los fans de Sutherland (que la considera su mayor orgullo en el cine), del humor, del fantástico y, en definitiva, del cine en general.

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